
Luis Ortiz
(Especial para V&L)
Hay una fotografía terrible de Hugo Chávez tirándose arriba de Alan García. Hugo lo ha atrapado, con los dos brazos, lo tiene bien sujeto y le dirige una mirada pícara. Alan trata de zafarse, se ríe nerviosamente, ha querido huir, pero no ha podido. Los dos cuerpos forman una masa compacta.
Nunca se habían visto dos personajes tan compactos, tan cariñosos. El lector se lleva la impresión de que el gordo García ha sido atrapado súbitamente por el otro gordo y se muestra algo temeroso. La escena fue en Lima, Perú, hace pocos días. O tal vez en otra parte. Fue publicada en los diarios.
Pero nadie debe sorprenderse. Hugo Chávez anda por el mundo dando abrazos de la misma intensidad. Es el hombre más cariñoso del mundo. El presidente de Bolivia y Chávez se han dado los abrazos más dulces del mundo. Los abrazos entre Chávez y el presidente de Irán han sido de una intensidad pasmosa. Si alguien ha tenido la curiosidad de coleccionar los entusiastas abrazos de Chávez debiera publicar un folleto porque es realmente admirable la ternura de este hombre. Hay algunas fotografías de Chávez abrazando a Fidel, pero se advierte que Fidel es un poco hosco. No le gusta eso de los hombres intercambiando cariños. Los que pasa, tal vez, es que el pobre Fidel siempre esta pensando en el petróleo y sabe que hay que seguirle la corriente al venezolano.
En realidad, no se sabe mucho de los viajes de Chávez a Cuba. Hay muchos viajes que no se publican. Los dos hombres se encierran en una habitación bien custodiada y se pasan horas hablando, sobre todo por las madrugadas, como siempre le gustaba a Fidel. Nadie se entera. Uno puede sospechar que Fidel esta ya medio aturdido por la vejez y, por otra parte, Chávez no es muy brillante, de donde se puede inferir que los diálogos secretos de Fidel y el venezolano deben parecerse, de alguna manera, a los largos intercambios que tenia Fidel, hace muchos años, cuando se pasaba las madrugadas discutiendo con el polaco que era el dueño del Hotel Siboney, en Prado y Neptuno. Nadie lo sabe, solamente yo, pero lo cierto es que la revolución fue debidamente estructurada y programada durante aquellos diálogos famosos.
Ahora lo que tenemos pendiente es ver si Chávez logra, en la votación del día 2 de diciembre, es decir, dentro de un pocos días, imponer la tesis de que en Venezuela establezca un régimen paranoico como el de Cuba. Algunas gentes dicen que es imposible, que los venezolanos no van a aceptar ese tipo de régimen eterno y absoluto. Tal vez. Quien sabe. Yo me inclino a sospechar que Chávez podría lograr su plan, a pesar de ser catastrófico. Y precisamente por eso mismo.
Claro, el destino es caprichoso. Es posible que Chávez gane la elección y logre imponer un régimen tan largo como el de Fidel. Pero también es posible que después de ganar los votos se produzca un alzamiento en Venezuela y las gentes asalten el palacio de Miraflores.
Claro, si eso llegara a ocurrir el problema de Cuba quedaría automáticamente resuelto. Al desaparecer Chávez, el régimen de Cuba caería al suelo. El único sostén que tiene Cuba en estos tiempos es el gobierno de Chávez. Por eso es que Fidel vive todo el tiempo preocupado por la salud de Chávez.
Después de tantos años y tantos sufrimientos, el destino de Cuba depende de que los venezolanos hagan lo que no hicieron los cubanos.
(Publicado originalmente en la edicion digital de El Diario, uno de los principales periódicos en español de
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