21 de diciembre de 2009

La nueva vida del ex presidente George W. Bush dando charlas de motivación


Hace casi un año dejó la Casa Blanca con apenas un 22% de popularidad y un 73% de desaprobación -los peores índices para un Presidente de EE.UU. según The New York Times-, pero ahora se ha convertido en una suerte de "estrella" en charlas y conferencias motivacionales. George W. Bush se ha tomado su "retiro" con relajo, y ha logrado gran éxito con sus discursos, en los que mezcla anécdotas sobre su gestión con "consejos" sobre cómo dominar un "liderazgo efectivo". Además, cada vez que se ha reído de sí mismo, ha recibido una ovación. "Estoy escribiendo mis memorias, aunque mis compatriotas de ambas costas dudan de que siquiera sea capaz de leer", dijo en uno de sus mensajes, apelando a dos de sus herramientas favoritas: la ironía y el humor.
Desde que abandonó la Presidencia, Bush ha dado 30 charlas, principalmente en su país, pero también en lugares como India, China, Corea del Sur y Japón.

Según la prensa estadounidense, por cada exposición -de no más de media hora de duración y normalmente sin la presencia de periodistas-, el ex mandatario republicano ha recibido un promedio de US$ 100 mil. "El hecho de que yo cobre dinero por hablar es, como diría mi padre (el también ex Presidente George H. Bush) un crimen de guante blanco", dijo Bush en un discurso en noviembre pasado, aludiendo a los continuos errores idiomáticos que cometió en sus ocho años de gestión.

Hace algunos días, Bush lideró una conferencia motivacional ante 11 mil personas en Texas, donde dio rienda suelta a su estilo. En esa charla, el ex Presidente contó la historia sobre un pequeño paseo que dio a comienzos de año con su perro Barney por los suburbios de Dallas, donde se compró su nueva casa. "Quería saludar a mis vecinos, para alertarlos sobre los inconvenientes que podría causar antes de que todos se enteraran sobre mi nuevo hogar. No había caminado en un barrio en ocho años. Barney tampoco lo había hecho. El sólo conocía la Casa Blanca, mi rancho en Crawford y Camp David", contó Bush. A continuación, y ante la mirada atónita de una entusiasmada audiencia, el ex mandatario confesó que al saludar a algunos vecinos no se dio cuenta de que en su mano tenía una bolsa de plástico para recoger los excrementos de Barney. Entonces, el auditorio estalló en risas.

"FE Y TRABAJO DURO"

Según los analistas, Bush ha logrado altos niveles de empatía con sus audiencias, en parte porque en las charlas se ha mostrado como un hombre simple y cercano al ciudadano promedio. "Bush es un gran motivador entre los conservadores republicanos, pese a que su historia de vida no es la típica a la que suelen recurrir los oradores inspiracionales", dijo a La Tercera el analista Clyde Wilcox, de la Georgetown University.

"Su imagen entre las personas decepcionadas de su gestión ha mejorado", afirmó a este diario el cientista político John Pitney. Según The Economist, Bush intenta transmitir la autoconfianza, la fe y el trabajo duro como las mejores recetas para la vida.

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