29 de marzo de 2010
Al menos 60 países ya aplican censura en Internet. China, Cuba e Irán entre los primeros
China es un ejemplo, al menos para la vigilancia informática. El gobierno comunista de Beijing filtra y espía en internet con un sutil sistema sin parangón que incluye en la tarea incluso a grandes empresas tecnológicas como Google. Pero el gigante asiático no es el único Estado que impone limitaciones al acceso a la red. Cada vez más personas se informan e intercambian datos en internet, por lo que quienes ejercen el poder tratan de mantener el control también en el ciberespacio.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), en un informe de 2009, cifra en 60 los países que practicaron censura en la red, el doble que en 2008.
El temor de ciertos gobiernos quedó argumentado el pasado verano con el levantamiento popular de muchos iraníes contra el régimen islámico. A través de cortos mensajes en la red social twitter, los manifestantes contra el fraude electoral organizaban sus protestas e informaban al mundo.
Con su "gran cortafuegos", China estableció un modelo en lo que a espionaje en la red se refiere. Su sistema de censura es calificado por RSF como "el más desarrollado tecnológicamente". Además de Beijing, la organización no gubernamental elaboró una lista de "enemigos de Internet" con un total de 11 países, entre ellos Vietnam, Irán, Arabia Saudí, Siria, Túnez o Egipto. "En esos Estados los usuarios sospechosos son perseguidos sistemáticamente", denuncia RSF.
Algunos gobiernos incluso cortan el acceso a internet, como en Cuba, Myanmar, Tayikistán o Corea del Norte. RSF denuncia que otra forma de censura se logra con conexiones lentas y precios altos. En territorio cubano una hora de acceso a la red cuesta 1,5 dólares, una cantidad exorbitante para la mayoría.
Sin embargo, no son sólo los países señalados como autoritarios los que intentan controlar internet. Democracias como Australia son fuertemente criticadas por sus filtros legales, denuncia "Iniciativa Red Abierta". Otro caso es el de Turquía.
Según establece la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el gobierno de Ankara mantiene bloqueadas 3.700 páginas. En la mayoría de casos se trata de páginas de contenido "obsceno", pero en otros se trata de limitaciones impuestas por "motivos políticos arbitrarios". En Turquía, por ejemplo, las páginas sobre kurdos y armenios están prohibidas, señala el organismo, y tratar de saltar ese impedimento es difícil.
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