12 de abril de 2010

La historia de los heladeros que Chávez acusa de espías; en Barinas consideran absurda su detención


En ese pueblo, donde viven hace 11 años, conocen a los detenidos como gente buena. Mientras el ministro del Interior y Justicia venezolano, Tarek El Aissami, aseguraba el viernes que tiene indicios "más fuertes" de que los ocho colombianos detenidos el 25 de marzo están involucrados en supuestos actos de espionaje, en Barinas se estacionaba frente a la sede de la Policía un pequeño bus ocupado por vecinos y amigos de los detenidos. Allí, gracias a una gestión de la Defensoría del Pueblo de Venezuela participaron en una ronda de declaraciones para respaldar a la familia con sus testimonios.
"De ellos nadie tiene algo malo que decir", se apresura a comentar Eduardo Torres, uno de los vecinos que acudió.

La noticia de la detención de los colombianos cayó como una bomba en el pueblo de Barinitas (de unos 40.000 habitantes, a media hora de Barinas, donde vive la familia Giraldo desde hace 11 años) no sólo porque son ampliamente reconocidos como gente trabajadora y dedicada a su fábrica de helados 'Maky Helados'.

La sorpresa los rebasó también en vista de la manifiesta cercanía de la familia Giraldo con el 'proceso revolucionario', por su amistad con Narciso, hermano del presidente Hugo Chávez, a quien ayudaron con la promoción de la candidatura de la actual alcaldesa de Barinitas, Ana Lucía de Cartier, del partido de gobierno.

Ella vive justo al lado de la fábrica de helados a la que las autoridades han calificado como una empresa "fachada" para otras actividades más sospechosas que batir cremas y frutas. Sin embargo, allí la única fachada que se divisa tiene forma de pared blanca adornada con un conejo cachetón que degusta una paleta, al lado de una reja azul. Y adentro, un laberinto donde se cuecen leches y almíbares entre decenas de neveras con helados de fresa, chicle o brownie.

"Imagínese las cosas que se llegan a decir. Yo voté por ellos (por el chavismo) pero hasta ayer, que regresé del campo, supe la noticia. Tanto esfuerzo y así es cómo pagan", dice la señora Bolivia, otra vecina que sí vocifera su descontento al pasar por la heladería.

Atardecer sospechoso

Hasta hace pocos días Ángel Giraldo, padre de los tres jóvenes detenidos (Santiago, Nelson e Isabel Giraldo) y hermano de la señora Cruz Elva, también detenida, no había querido hablar de frente con la prensa por temor a ser apresado como el resto de su familia y "para no aplicar más presión a un asunto que es tan absurdo". "Yo pensé que se iba a resolver en cuestión de días sin llegar a estos niveles", dijo a EL TIEMPO.

Como un rosario, relata sin respiro que todo comenzó el 25 de marzo cuando el novio de su hermana, Luis Cossio (colombo-canadiense que tenía 7 meses viviendo con ella en Barinitas) regresaba con su hijo Santiago tras hacer una entrega de helados a la tienda de Río Caribe, al oriente del país. Allí, cuando pasaban por la zona de Camatagua, en el estado Aragua -importante porque allí se encuentran un importante complejo eléctrico y una represa- tomaron fotos, con el carro en marcha, de un atardecer en el que aparecen unas torres eléctricas. En el lugar fueron interceptados y apresados.

Dos días después de revelar sus lugares de residencia ante la comandancia policial en Aragua, tanto la heladería, la fábrica de helados y las casas fueron allanadas y sus otros hijos y su hermana fueron llamados a la policía en Barinas. Fueron llamados "a declarar, en ningún momento les dijeron que estaban detenidos... ellos fueron y no volvían, no volvían, no volvían hasta que supimos que los detuvieron y los llevaron a Caracas", explicó Giraldo.

Con los otros hijos se llevaron a un empleado de la tienda, también colombiano, y otros dos paisanos que lo estaban invitando a jugar fútbol ese domingo 27 de marzo. Entre las casas y el negocio se llevaron 8 computadoras y varios celulares. Casi no tienen fotos que mostrar de la familia porque estaban casi todas en las computadoras, las que comparten con EL TIEMPO las sacaron de Facebook.

"Menos mal que no estaba yo acá porque me hubieran llevado también, era domingo y no me tocaba", dice muy seria Griseldina Méndez, obrera de la heladería desde hace 7 meses, y acota: "Los conozco desde hace dos años y gracias al trabajo que me dieron mis siete hijos no se van a dormir con hambre".

Deprimidos y angustiados

Jonnatan López creció con los Giraldo y estudia en la Universidad de Los Llanos Ezequiel Zamora, donde Isabel, venezolana de 19 años, cursa el último semestre de Contaduría. Con Santiago y Nelson terminó los estudios de bachillerato en la Misión Ribas, el programa oficial del gobierno venezolano. La cercanía con la familia es tal, que su mamá logró visitar a los detenidos en Caracas.

"Pudo ver sólo a la familia. Al empleado y los otros dos muchachos los tienen aparte. Me contó que el señor Cossio está muy angustiado, como deprimido porque siente que por culpa de él están en este problema. La señora Cruz Giraldo tiene apenas un mes de operada y está también muy triste. Yo les traje acá a la policía copia de las notas certificadas de Santiago y Nelson, el título de Nelson de diseñador gráfico, para que vean que son gente de acá, de toda la vida. Isabel tiene la preocupación de que con todo esto no pueda terminar su pasantía y graduarse este año", comentó.

José Rivas asegura que su vecino, Luis Cossio, es un bromista nato. "Un tipo amable, cada vez que va para el mercado, algo me trae, así sea un paquete de arroz, lo que hace es echar vaina (bromear) y hace reír a doña Cruz a cada rato. Yo le digo, esto es demasiado extraño, el gobierno (venezolano) se ha equivocado totalmente y está perjudicando a una gente que no tiene problemas con nadie".

Apoyo civil al Ejército

Según sus familiares, ni Luis Cossio ni Cruz Giraldo fueron alguna vez miembros militares del Ejército colombiano. Aclaran que sí formaron parte de la Cuarta Brigada, pero Cossio como médico y Giraldo como farmaceuta, ambos como apoyo civil. "Tienen los carnés de la Cuarta Brigada porque con eso se identificaban para entrar y salir del trabajo", explica la esposa de Angel Giraldo, la señora Marielba.

Giraldo asegura que su hermana salió de la Cuarta Brigada hace cuatro años. "Yo mismo la acompañé a buscar su liquidación y le pedí que se viniera a que me ayudara en la tienda. Vino porque es mi hermana más allegada y hoy es la que administra el punto de venta que tenemos en Barinitas. Luego vino Cossio a vivir con ella, un tipo más bien tranquilo, canadiense, que tenía 7 u 8 meses ayudándonos en el negocio. Él la ayudaba a servir, a atender a la gente."

Presentados ante tribunales

Los ocho colombianos ya han tenido dos audiencias ante los tribunales, donde fueron presentados dos días después de su detención.

La familia no se apresuró a contratar abogados personales porque esperan que el caso se resuelva en los mejores términos y con los abogados públicos designados. Se pudo conocer extraoficialmente que el manejo del caso se dividió en dos grupos: los cinco miembros de la familia (el señor Cossio y los cuatro Giraldo) en manos de un defensor militar público y los expedientes de los otros tres colombianos (el empleado de la heladería y dos vendedores ambulantes) en manos de otro.

Ninguno ha sido imputado oficialmente con algún delito y en el centro de reclusión están separados, las mujeres por un lado y los hombres por otro.

VALENTINA LAREZ MARTIZ
ENVIADA ESPECIAL DE EL TIEMPO
BARINAS

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