3 de mayo de 2010
Milicia Bolivariana de Venezuela: El pueblo en armas recibe adiestramiento
Una ama de casa de 54 años que disparaba una ametralladora por primera vez suelta una estruendosa ráfaga. Cuando la metralla deja de escupir fuego, un instructor le grita “¡mata esos gringos!”. Ella y miles de otros civiles llevaban uniforme verde olivo para un adiestramiento de fin de semana en una base del Ejército venezolano, en donde aprenden a arrastrarse por debajo del alambre de púas, usar rifles de asalto y acechar a sus enemigos en combate.
Una visita de dos días de los periodistas de AP a este campamento de entrenamiento de la Milicia Bolivariana de Venezuela reveló a un grupo animoso, en su mayoría hombres y mujeres de la clase obrera, que incluye estudiantes y jubilados, unidos por su apoyo militante al presidente Hugo Chávez y su voluntad de defender a su gobierno.
Algunos creen en las advertencias de Chávez de que el “imperio” estadounidense podría atacar algún día, y hay que estar preparados para sacrificar la vida si es necesario para luchar “contra cualquier amenaza externa o interna”.
Venezuela, sin embargo, nunca ha librado una guerra contra ninguna nación, y la milicia es para Chávez una herramienta práctica para engranar a sus seguidores, arengar el fervor nacionalista e intimidar a sus oponentes, que podrían considerar otro golpe como el que sobrevivió en 2002.
Uno de los principios rectores de la milicia es constantemente martillado por el grupo cuando se saludan al unísono gritando: “Patria, socialista o muerte ¡Venceremos!”.
Osmaira Pacheco, la ama de casa que disparó la ametralladora, dijo emocionada que era una experiencia “maravillosa” disparar contra un muñeco de paja vestido con un uniforme militar. Agregó, un poco más seria, que no le gusta la idea de matar a alguien, ya sea estadounidense o de otro país, y “no quisiera nunca jamás que haya enfrentamientos de venezolanos con venezolanos”.
Los miembros de la fuerza de voluntarios la integran desde desempleados a electricistas, empleados bancarios y trabajadores sociales. La mayoría de los entrevistados durante el entrenamiento de la segunda semana de abril dijeron que algunos de ellos son beneficiarios de los programas gratuitos de educación del Estado o son trabajadores del sector público.
En la práctica de guerra urbana, se agachan para protegerse detrás de un corral de cochinos y usan municiones de fogueo en un edificio abandonado tomando por asalto a secuestradores. Los proyectiles caen sobre el piso de cemento y, en medio del eco de los disparos, alguien grita “despejado”.
Cerca de 120 mil
No está claro qué tanto están comprometidos y con cuántos milicianos entrenados Chávez podría contar en una crisis. Un cercano colaborador, el ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello, indicó que ya hay 120.000 personas en la milicia y que podría crecer hasta 200.000.
La milicia es “un ejército personal, una guardia pretoriana”, dijo el contralmirante retirado Elías Buchszer, un opositor a Chávez.
Algunos miembros del llamado cuerpo de combatientes de la Misión Ribas, uno de los componentes de la milicia, son entrenados en la manera de salvaguardar la industria petrolera venezolana y mantener el flujo de combustible en el caso de un conflicto.
Maestre segundo Jesús Lozano Sánchez, coordinador nacional del cuerpo, declaró que no importa cuál sea el escenario “estamos preparados para defender la patria, defender la revolución y defender al comandante Chávez”.
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