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Los representantes de la Organización de los Estados Americanos (OEA) rindieron un homenaje al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela y agradecieron a su fundador, el Maestro José Antonio Abreu, por el ejemplo brindado a las naciones americanas mediante su iniciativa de crear un método de educación juvenil innovador en el cual la música es el principal camino para el mejoramiento intelectual y social.

El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, durante la Sesión Especial Conjunta del Consejo Permanente y de la Comisión Ejecutiva del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CEPCIDI), manifestó que ha sido un orgullo para la OEA reconocer los logros del Maestro Abreu y de su iniciativa.

"La semilla que él sembró hace más de 30 años y que nuestra Organización se enorgullece de haber ayudado a cultivar en sus comienzos, se convirtió en el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, que cuenta ahora con más de un cuarto de millón de jóvenes músicos y con más de 200 orquestas. Y que no sólo se ha diseminado por toda Venezuela, sino por el continente y por el mundo”, indicó Insulza.

Durante su intervención, el Secretario General anunció la creación del Programa de Orquestas Juveniles para Jóvenes en Riesgo en el Caribe, como parte de una nueva iniciativa promovida por el Departamento de Asuntos Culturales de la OEA y apoyada por el Gobierno de China y del Fondo Especial Multilateral del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (FEMCIDI).

Insulza aprovechó la oportunidad para destacar la labor del Sistema Nacional de Orquestas Venezolano, “no sólo por sus comprobados beneficios al reducir factores de riesgo de violencia juvenil y disminuir la deserción escolar, sino porque supone un compromiso democrático”.

Asimismo, aseguró que “la música orquestal, es por esencia, un hecho participativo. Sin discursos ni tratados académicos, sino sólo a través de su ejecución, la orquesta requiere que sus integrantes trabajen en equipo y asuman responsabilidades individuales por un proyecto común”.

Por su parte, el Maestro José Antonio Abreu, quien en 1975 empezó a trabajar para formar una orquesta que permitiera a los estudiantes de música llevar a cabo prácticas en conjunto, aseveró que el movimiento orquestal venezolano es mucho más que una estructura artística.

"En grado sumo, las orquestas juveniles e infantiles son modelo y escuela insuperable de vida social. Para jóvenes y niños hacer música juntos, implica convivir entrañablemente en ánimo de perfección y afán de excelencia, en rigurosa disciplina de concertación, sincronía y armonía, interdependencia entre secciones, goces e instrumentos”, enfatizó Abreu.

Abreu reafirmó su compromiso de seguir adelante “con tenaz empeño en el servicio de la infancia de Venezuela y de América, consagrados íntegramente como educadores y como artistas a la causa imperecedera de su juventud”.

La Sesión Especial de la OEA finalizó con un concierto de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la batuta del maestro Gustavo Dudamel, jóven director que ha sido mundialmente reconocido por sus logros y experiencia en el ámbito de la música clásica.

El Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela es una obra social encaminada a la sistematización de la instrucción y la práctica colectiva de la música a través de la orquesta sinfónica y el coro como instrumentos de organización social y desarrollo comunitario.

Desde 1982, con el apoyo de la OEA y de los Gobiernos de los países receptores, se han creado y desarrollado sistemas de orquestas juveniles e infantiles en más de 20 países que siguen el modelo venezolano. Entre ellos: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Escocia, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Trinidad y Tobago, y Uruguay.

El Sistema también inspiró a la OEA a promover la creación de la Orquesta Juvenil de las Américas, que debutó en el año 2000 en Nueva York, bajo la dirección de Plácido Domingo, Gustavo Dudamel y Christopher Wilkinson.