Caracas es la segunda ciudad más violenta del mundo después de Ciudad Juárez (México), según el informe divulgado este verano por la organización civil mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública (CCSP).
En la capital venezolana se registran 96 homicidios cada 100.000 habitantes. Y aunque las autoridades no son del todo claras respecto a las cifras de asesinatos y robos, cuatro de los sectores más productivos (transporte, alimentos, educativo y bancario) registran 3.180 delitos al mes. Es decir, unas 106 denuncias diarias por inseguridad.
Según publica hoy el diario venezolano "El Universal", el transporte (autobuses y taxis) es el sector más vulnerable, con hasta 50 ataques diarios, a los que hay que añadir los que no son denunciados por miedo. En lo que va de año, unos 110 conductores han muerto en Caracas por este motivo, además de taxistas.
"El problema es que el sistema de justicia venezolano alimenta la impunidad y no aporta la seguridad necesaria", dice el investigador del centro de DDHH de la Universidad Andrés Bello, Carlos Correa, para quien el nivel de impunidad y politización que imperan en las instituciones de seguridad del Estado han dado pie a que los delincuentes sean reincidentes a la hora de actuar porque saben que no tendrán castigo.
La inseguridad y la corrupción policial se han convertido en el principal problema de los venezolanos. "Necesitamos un poder independiente para el castigo. Las fuerzas de seguridad están corrompidas, y en muchos casos se han convertido en grupos parapoliciales", denuncia Correa. Así, los caraqueños sienten el mismo miedo por las bandas armadas que por la policía. Entre los 56 asesinados este año en Caracas destaca el jefe del Plan Caracas Segura, Delio Hernández, el 1 de noviembre.
La delincuencia tiene tanto impacto que Caracas se queda completamente vacía a partir de las seis de la tarde, cuando cae la noche.
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