18 de abril de 2010
Donar un riñón no afecta a la expectativa de vida, según indicó un estudio
Las personas que deciden donar un riñón podrían vivir la misma cantidad de años que un individuo con ambos órganos. Además, el procedimiento quirúrgico realizado para extraerlo podría tener muy pocos riesgos médicos. A dichas conclusiones llegó un extenso estudio realizado durante 15 años con más de 80.000 donantes vivos.
"Los donantes vivos empiezan estando sanos y es la más alta prioridad del cirujano y de toda la comunidad de transplantes asegurarse de que siga bien. Este estudio demuestra que tuvimos éxito. Aunque no hay ninguna garantía durante las cirugías, donar un riñón es más seguro que cualquier otro tipo de operación", afirmó Dorry Segev, profesional de la Universidad de Johns Hopkins.
DOS ÓRGANOS ESENCIALES
Los riñones son dos órganos ubicados en la parte de atrás del abdomen, uno a cada lado de la columna. Toda la sangre pasa a través de ellos, de manera de la filtran para producir la orina. Estos órganos cumplen otras funciones como secretar ciertas hormonas y mantener el equilibrio interno del cuerpo humano.
Los transplantes de riñón constituyen una opción de tratamiento para las personas con insuficiencia renal crónica y avanzada, una enfermedad en la cual los riñones dejan de funcionar correctamente. Actualmente está creciendo el número de transplantes realizados de personas vivas, ya que miles de individuos mueren cada año mientras esperan los órganos de un donante muerto.
UN GESTO SOLIDARIO Y SEGURO
Los investigadores, que publicaron su trabajo en el Journal of the American Medical Association, analizaron la información de un registro nacional de Estados Unidos, donde figuraban 80.347 donantes vivos. Durante 15 años siguieron a fondo su estado de salud.
Segev explicó que el riesgo de morir a los tres meses de haber donado un riñón es de 3,1 por cada 10.000 personas, por lo cual el peligro es mucho menor que en otros procedimientos como la remoción de la vesícula biliar. A su vez, el especialista recalcó que a lo largo de los años no se registró una probabilidad mayor de muerte entre las personas que donaron un órgano y las que contaban con sus dos riñones.
"Independientemente de lo que pase cuando una persona dona un riñón, en promedio no afecta el resto de su vida. Esto nunca había sido probado en un estudio de este tamaño y alcance," concluyó Segev.
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