12 de julio de 2010

Escándalo de PDVAL estanca popularidad del Gobierno, según encuestadoras


Estancada, así está la popularidad del gobierno de Hugo Chávez desde que empezaron a aparecer los contenedores con comida podrida de la estatal Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL). Las más de 133 mil toneladas descompuestas no sólo han impedido el crecimiento habitual del chavismo en época de elecciones, sino que le ha hecho perder entre dos y tres puntos porcentuales, según precisa Eugenio Escuela, presidente de la encuestadora del mismo nombre, lo que -a su juicio- preocupa al oficialismo, pero no muestra un manejo contundente de la oposición de la situación a su favor.
"Chávez está viendo como no sube a 68 ó 79 por ciento en víspera de elecciones, como estaba acostumbrado. Ve que se quedó alrededor de 50 por ciento", dice Escuela, mientras señala por otra parte que, la simpatía hacia la oposición, por primera vez en 11 años, ha llegado a estar en las últimas semanas por encima del Gobierno.

Precisan las cifras de esta encuestadora que tras la muestra de seriedad en la oposición al presentar candidaturas unitarias en todo el país, la simpatía subió a un histórico 52 por ciento, ya que durante los últimos 11 años no había superado el 30 por ciento, y por primera vez supera al chavismo, pero luego experimentó un ligero descenso por la sensación de abandono de espacio público.

En un estudio realizado hace un mes, el Gobierno aparece con 52 por ciento de simpatía y la oposición baja a 48 por ciento. "Para ese momento apenas se estaba empezando a hablar de los primeros hallazgos del caso PDVAL, y la oposición parecía que, tras la selección de los candidatos, se fueron todos para su casa y abandonaron el espacio comunicacional".

Un respiro

Advierte Eugenio Escuela que la oposición está manejando "muy mal" el tema de la comida podrida, al que considera, le ha podido sacar más provecho. Sus cálculos apuntan a que este escándalo no va a afectar mucho al Gobierno, pero sí le detiene su crecimiento y, según la más reciente encuesta, cuyos resultados aún procesa la empresa, adelanta su presidente que estaría perdiendo entre dos y tres puntos porcentuales.

Por otro lado, Félix Seijas, presidente del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (Ivad), coincide cualitativamente con Escuela. Recuerda que a comienzo de año la popularidad del Gobierno había experimentado un descenso considerable, que en los últimos tres meses tomó un respiro y se estancó. "Chávez se recuperó un poquito, no mucho, antes de que saliera a la luz pública el tema de la comida podrida, y desde entonces se mantiene igual. No le ha afectado su simpatía conquistada pero dejó de crecer".

La estrategia del Gobierno ha sido, sin duda, desviar la atención, primero atacando a Globovisión, a través de sus accionistas, y luego a la Iglesia, en la figura del cardenal Jorge Urosa Savino. Luis Vicente León, director de Datanálisis, advierte en su perfil en Twitter, que en política "puede ser útil asumir el costo de atacar a un adversario popular para desviar la atención sobre otro problema mayor", pero "cuando la estrategia política se convierte en una sucesión de escándalos para tapar escándalos, los riesgos se agigantan".

¿Reacción contundente?

Pastora Medina, diputada de la AN por el Frente Popular Humanista."Esperábamos una reacción del Gobierno y en vista de que no se dio, empezamos a recabar información para analizarla con todos los partidos de oposición y canalizarla, pero lamentablemente ha habido pocas acciones contundentes ante un problema tan grave como la pérdida de tantas toneladas de alimentos".

Delsa Solórzano, dirigente de Un Nuevo Tiempo. "La caída de Chávez es indetenible. Hay que tener cuidado porque cuando un león está herido es más peligroso. Creo que lo hemos hecho todo, la gente no se hubiese enterado de la existencia de la comida podrida si no hubiera sido por la oposición. Ubicar los contenedores y conseguir los documentos ha sido una tarea titánica, pero nunca es suficiente cuando se está frente a un dictador".

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