31 de octubre de 2011

Neurocientíficos de Estados Unidos localizan la zona del cerebro donde están las adicciones


Neurocientíficos de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU) han identificado la ubicación exacta en el cerebro del lugar donde se realizan los cálculos que pueden resultar en un comportamiento adictivo y compulsivo. El estudio, publicado en “Nature Neuroscience”, muestran cómo la actividad neuronal en la corteza cerebral orbitofrontal y la corteza cingulada anterior regulan las elecciones. Estos nuevos hallazgos podrían allanar el camino para desarrollar tratamientos más específicos para tratar desde el abuso de las drogas y alcohol, hasta los trastornos obsesivo-compulsivos.

“Cuanto mejor comprendamos cómo es nuestra toma de decisiones en los circuitos del cerebro, mejor podremos dirigir el tratamiento, ya sea mediante la estimulación farmacéutica, mediante terapias de comportamiento o de estimulación cerebral profunda”, explica Jonathan Wallis, profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad de Berkeley, e investigador principal del estudio.

Tendencias obsesivas

Una mejor comprensión sobre cómo las personas con adicciones toman decisiones puede ayudar a eliminar parte del estigma de esta enfermedad, afirma Wallis. En el nuevo estudio, Wallis y sus colaboradores se centraron en la corteza orbitofrontal y la corteza cingulada anterior porque investigaciones anteriores han demostrado que los pacientes con daño en estas áreas del cerebro tienen problemas con las elecciones que hacen. Aunque estas personas pueden parecer perfectamente normales, habitualmente toman decisiones que crean caos en sus vidas; una dinámica similar se ha observado en drogadictos, alcohólicos y personas con tendencias obsesivo-compulsivas.

Para probar su hipótesis de que estas áreas del cerebro son los principales actores en la toma de decisiones, los investigadores midieron la actividad neuronal de monos macacos mientras jugaban a identificar imágenes, obteniendo jugo a través de una boquilla en sus bocas como premio. Los animales aprendieron rápidamente qué imágenes entregan la mayor cantidad de jugo, lo que permitió a los investigadores observar cómo estaban haciendo los cálculos, y en qué parte del cerebro. El cerebro de los macacos funciona de manera similar a las de los seres humanos en la toma de decisiones básicas; el ejercicio fue diseñado para ver cómo estos animales sopesan los costos, beneficios y riesgos.

Fuente: http://www.panorama.com.ve/31-10-2011/avances/adicciones.html

DJ

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