10 de septiembre de 2008

Estatización de la distribución de gasolina deteriorará gravemente el servicio


Carolina Sanz
(V&L)


El control del gobierno venezolano sobre la distribución de combustible líquido deteriorará el servicio actual que funciona con normalidad en Venezuela, afirmó el ex directivo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) Alberto Quiroz Corradi.El deterioro de esa actividad es uno de los efectos negativos para el país que traerá consigo la Ley Orgánica de Reordenamiento del Mercado Interno de los Combustibles -aprobada el jueves por el Congreso- dijo a Notimex el analista.“De todo lo que hemos visto con todas las nacionalizaciones y estatificaciones que han habido, lo único que uno puede esperar es un deterioro progresivo del servicio”, añadió el ex presidente de Maraven, desaparecida filial de PDVSA.Quiroz Corradi enfatizó que tras los repetidos fracasos en la administración de empresas nacionalizadas en los últimos años por el gobierno del presidente Hugo Chávez, se puede asegurar que también en este caso, su acción será negativa para el país.“No hay ninguna razón para pensar que el Estado en su infinita incompetencia pueda ser un mejor distribuidor que los profesionales privados que tienen años haciéndolo” en el mercado de distribución de combustibles, sostuvo el experto.Indicó seguir sin entender “cuál es el objetivo real detrás de eso porque un servicio que está funcionando no veo qué sentido tiene que el Estado se encargue de comprarse un problema nuevo, así que no le veo mucha lógica a eso”.Además, a su juicio, el Estado venezolano estaría planificando una estatización de las estaciones de expendio de gasolina, diesel y productos automotrices que funcionan en el país.“Eso va más allá de la estatificación del transporte de combustible. Esto tiene por objetivo tomarse en un paso siguiente las estaciones de servicio y todo lo demás, la ideología del gobierno es la toma de la distribución y venta al detalle del mercado interno”, advirtió.Calificó de negativo el nuevo instrumento legal, porque asegura que va en el sentido contrario de la dinámica lógica de la industria energética del quinto país productor mundial de petróleo.“Esta ley es algo que va en sentido contrario de lo que creemos que debe ser la política petrolera que más bien debe ser acercar al ciudadano a su industria petrolera y no separarlo”, sentenció el también columnista periodístico.Apoyo su temor al respecto en el hecho que, a su juicio, “económicamente no es atractivo para el Estado apoderarse de la distribución de combustible debido a los bajos niveles de ganancias que ofrece”.“Es un negocio de márgenes muy discutidos y muy difíciles de administrar y por eso hay un subsidio enorme a los precios de los combustibles y eso afecta los costos de distribución, almacenamiento. Para ganar dinero allí hay que moverse con mucho cuidado”, afirmó.Tras la aprobación por parte de la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional (Congreso unicameral), el Estado venezolano asumió el viernes el control de la distribución mayorista de combustible líquido en todo el país.De acuerdo al texto legal respectivo, el Estado se hará cargo de las operaciones de distribución y transporte de combustibles líquidos, “por medios terrestres, acuáticos y de cabotaje”.PDVSA tendrá a su cargo la dirección desde la producción y refinación petrolera hasta el control del 70 por ciento del suministro de gasolina a los minoristas dueños de gasolineras.En el mercado mayorista de estos combustibles participaban la británica BP, la estadunidense Texaco, y las privadas empresas locales Llanopetrol, Trebolgas, CCM, Lapetrolia, Betapetrol y Petrocanaria.

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