Ronald Guedez
V & L
[paginasdigital.es]
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Bomba con tremendo poder explosivo resultó el maletín repleto de dólares incautado en Buenos Aires al empresario venezolano Guido Antonini en agosto del 2007. De nuevo es información destacada en medios de muchos países por las pruebas que van apareciendo en el juicio que adelanta en EEUU la Fiscalía contra Franklin Durán, acusado como agente encubierto para ocultar el origen y destino del dinero. Testimonios presentados confirman que los 800.000 dólares fueron suministrados por PDVSA para la campaña de Cristina Kirchner. Ella afirma que es "una operación basura" y su cancillería emitió un comunicado sosteniendo que las relaciones con EEUU "están afectadas". Para Chávez son "mentiras del imperio", y anunció que en días próximos tendría una entrevista en Caracas con la señora K para ratificar acuerdos de cooperación. La Casa Rosada hizo saber que la visita estaba suspendida.
Antonini apareció en la aduana platense como portador de la maleta, en una avión rentado por Enarsa (la petrolera estadal argentina), acompañado por funcionarios de PDVSA y Claudio Uberti, uno de los hombres de confianza del entonces presidente Kirchner, supuestamente encargado de colectar fondos para la campaña de Cristina. Dos días permaneció libremente en Buenos Aires, identificado como asistente a una reunión en la casa presidencial y viajó a EEUU, cuya nacionalidad también tiene. Socios del empresario fueron enviados a Miami para informarle de la preocupación en Caracas por el asunto y le advirtieron que sus actuaciones podrían poner en riesgo la vida de sus hijos. Asustado, Antonini resolvió colaborar con las autoridades, a cambio de que no se le enjuiciara, prestándose para que el FBI grabara las conversaciones siguientes que sostuvo con sus socios y con funcionarios muy cercanos a Chávez. La información acopiada determinó que tres de los socios se declararon culpables de haber conspirado, presionado y sobornado a Antonini para que no implicara al régimen de Chávez, a cambio de reducción de la pena. Es así que la Fiscalía está presentando evidencias que dejan al descubierto signos mafiosos de la llamada revolución bolivariana.
Chávez habría ordenado personalmente al general Rangel Silva, su director de la agencia de inteligencia, que "solucionara" el escándalo. Aparecen implicados el entonces vicepresidente, Jorge Rodríguez, así como ministros, entre otros el actual titular de Interior y Justicia, el presidente de PDVSA, cuya autorización era indispensable para la entrega de las divisas. Por primera vez, en un juicio penal confiable, aparece la radiografía de lo que se ha dado en llamar la "boliburguesía". Según las confesiones de cuatro personajes "bolivarianos" emblemáticos, que al comienzo del régimen compartían la falta de dinero con la carencia de escrúpulos, terminaron como dueños reales o interpuestos de grandes empresas que negociaban con el gobierno, recibían decenas de millones de dólares para pagar comisiones a altos funcionarios, colocaban fondos públicos en bancos privados para lucrarse y distribuir comisiones, compraban y vendían armamento en complicidad con Gobernadores y jefes militares, a los cuales sobornaban. Dijeron que en una operación ganaron más de 100 millones de dólares y pagaron un soborno de 23,8.
El juicio es un documental que explica los esfuerzos de Chávez para distraer la opinión nacional e internacional con sus shows escatológicos. La Nación de Buenos Aires publicó un reportaje con nuevos datos aparecidos en el juicio de Miami, según el cual, en el avión de Enarsa, fueron trasportados otros maletines, cuyo contenido, en conjunto, era de cinco millones de dólares. A lo largo de todo el proceso, el argumento de Chávez es que se trata de falacias del imperio, empeñado en desestabilizar el gobierno revolucionario.
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