Eudes Vera
(Especial para V&L)
En momentos en que el innombrable duplica el valor del oficial (4.40 vs. 2,15), a raíz de los últimos acontecimientos políticos y económicos, tanto en nuestro país (Expulsión del embajador de Estados Unidos, etc.), como a nivel mundial (Quiebra de Lehman Brothers, etc.); cuando es clara la amenaza sobre nuestro petróleo, no sólo por la recesión económica mundial que se vislumbra, sino por la febril carrera tecnológica para reemplazarlo por otros combustibles más baratos y menos contaminantes; aunado todo a la promesa electoral del candidato presidencial Obama de eliminar las importaciones de petróleo venezolano en 10 años, conviene preguntarnos cuán vulnerable es nuestra economía y si hemos sembrado nuestro petróleo.
Para intentar dar respuesta si bien parcial a estas interrogantes vamos a establecer a continuación una comparación breve de las economías de dos países petroleros, ambos miembros de la OPEP. Nos referimos a Venezuela y a los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Actualmente, los EAU están catalogados como el país más atractivo para los que emigran de sus países de origen en la búsqueda de una mejor calidad de vida (*).
Con un área geográfica de apenas 83.600 Km2 y una población inferior a los 5 millones de habitantes, las exportaciones de ese país alcanzaron en el 2006 un total de 132.970 millones de dólares, de las cuales 54.496 millones de dólares (el 41%) correspondieron a exportaciones de petróleo y gas, y 78.474 millones de dólares (el 59%) correspondieron a exportaciones no petroleras (*).
En contraste, las exportaciones de Venezuela (área geográfica: 9.012.050 Km2; población: 27 millones) en el mismo año apenas alcanzaron los 65.210 millones de dólares, 50% menos que los EAU. Las exportaciones petroleras de Venezuela en el 2006 ascendieron a los 58.438 millones de dólares (casi el 90% de sus exportaciones totales); en tanto que sus exportaciones no petroleras alcanzaron los 6..772 millones de dólares, lo que equivale apenas al 10% de sus exportaciones totales (¡y a menos del 9% de las correspondientes a los Emiratos!).
Estas cifras nos dicen que la economía de los Emiratos se ha diversificado y ya no depende exclusivamente del petróleo. Obviamente, éste no es el caso de la economía venezolana.
Pero veamos cómo se comparan Venezuela (V) y los EAU en los siguientes indicadores económicos y socioeconómicos, válidos al 01/01/2008 (*):
Producción de Petróleo, MM b/d: EAU: 2,54, V: 2,8; PIB per cápita, US$: EAU: 55.200, V: 12.800; Exportaciones, MMM US$: EAU: 152,1, V: 65,94; Importaciones, MMM US$: EAU: 94,72, V: 44,38; Reservas Internacionales, MMM US$: EAU: 29,62, V: 31,63; Deuda Pública, % del PIB: EAU: 14,8, V: 27,0; Deuda Externa, MMM US$: EAU: 41,51; V: 45,44; Tasa de Inflación, %: EAU: 12,0; V: 22,5; Tasa de Desempleo, %: EAU: 2,4; V: 9,1; Población bajo nivel de pobreza, %: EAU: 19,5; V: 37,9; Tasa de Alfabetización, %: EAU: 81,7; V: 92,7; Tasa de Mortalidad Infantil, %: EAU: 13,11; V: 22,02
Se desprende de estas estadísticas que nuestro país supera a los Emiratos en Tasa de Alfabetización, Producción de Petróleo y Reservas Internacionales. Sin embargo, en todos los demás indicadores Venezuela es abrumadoramente superada por el país árabe.
Como dato curioso, obsérvese que las importaciones de los EAU en el 2007 estuvieron más de 50.000 millones de dólares por encima de las de Venezuela. Este dato echa por tierra el argumento esgrimido por los devaluacionistas de que hay que devaluar porque estamos importando demasiado. No es que estemos importando mucho. Es que estamos exportando muy poco, si nos comparamos con los Emiratos Árabes Unidos.
Adicionalmente, este pequeño país desértico alcanzó en 2006 la meta de seguridad alimentaria, lo cual significa que es capaz de producir internamente suficientes productos agrícolas y alimentos para satisfacer todas sus necesidades alimentarias (*).
Otro dato interesante es que en los Emiratos Árabes Unidos no hay impuestos sobre los ingresos ni se paga IVA (*). Por otra parte, las ciudades de este país brindan los más altos niveles de seguridad ciudadana de todo el Oriente Medio y África (*).
A la luz de todas estas realidades podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la calidad de vida de la que disfrutan los ciudadanos de los EAU es muy superior a la de los venezolanos. Al parecer en ese país se ha logrado lo que todavía tenemos pendiente en el nuestro: Sembrar el petróleo..
Quizás un factor que ha contribuido de manera significativa a la prosperidad de los EAU es la extraordinaria estabilidad de su moneda, el Dírham. En efecto, mientras en los últimos 10 años en Venezuela la tasa de cambio oficial se disparó en un 255%, en los Emiratos Árabes Unidos apenas ha variado el 0,024%! (*) Esto ha sido consecuencia directa de la política de estabilidad monetaria aplicada por el Banco Central de ese país. Lamentamos no poder afirmar lo mismo sobre nuestro BCV.
Epílogo
En 5 años es muy posible que el petróleo ya no tenga la misma relevancia al entrar en el escenario combustibles alternos, como el carbón líquido (*). Muy pronto el mundo será impactado por una verdadera revolución mundial: la irrupción de un nuevo combustible, absolutamente barato y no contaminante. Será un descubrimiento proveniente de un país del Tercer Mundo, y que podría significar su redención económica definitiva. El petróleo seguirá siendo importante, para la industria petroquímica, pero no para ser utilizado como combustible para el transporte ni para la generación de energía eléctrica. Las refinerías de gasolina y fuel oil, por tanto, tenderán a desaparecer, al igual que el rol actual de PDVSA. Eso significará lamentablemente el desplome definitivo del precio del petróleo. Aprovechemos entonces la bonanza de petrodólares que todavía vive el país para iniciar cuanto antes la siembra del petróleo. Para ello es indispensable dar el primer paso: La revaluación del bolívar.
(Especial para V&L)
En momentos en que el innombrable duplica el valor del oficial (4.40 vs. 2,15), a raíz de los últimos acontecimientos políticos y económicos, tanto en nuestro país (Expulsión del embajador de Estados Unidos, etc.), como a nivel mundial (Quiebra de Lehman Brothers, etc.); cuando es clara la amenaza sobre nuestro petróleo, no sólo por la recesión económica mundial que se vislumbra, sino por la febril carrera tecnológica para reemplazarlo por otros combustibles más baratos y menos contaminantes; aunado todo a la promesa electoral del candidato presidencial Obama de eliminar las importaciones de petróleo venezolano en 10 años, conviene preguntarnos cuán vulnerable es nuestra economía y si hemos sembrado nuestro petróleo.
Para intentar dar respuesta si bien parcial a estas interrogantes vamos a establecer a continuación una comparación breve de las economías de dos países petroleros, ambos miembros de la OPEP. Nos referimos a Venezuela y a los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Actualmente, los EAU están catalogados como el país más atractivo para los que emigran de sus países de origen en la búsqueda de una mejor calidad de vida (*).
Con un área geográfica de apenas 83.600 Km2 y una población inferior a los 5 millones de habitantes, las exportaciones de ese país alcanzaron en el 2006 un total de 132.970 millones de dólares, de las cuales 54.496 millones de dólares (el 41%) correspondieron a exportaciones de petróleo y gas, y 78.474 millones de dólares (el 59%) correspondieron a exportaciones no petroleras (*).
En contraste, las exportaciones de Venezuela (área geográfica: 9.012.050 Km2; población: 27 millones) en el mismo año apenas alcanzaron los 65.210 millones de dólares, 50% menos que los EAU. Las exportaciones petroleras de Venezuela en el 2006 ascendieron a los 58.438 millones de dólares (casi el 90% de sus exportaciones totales); en tanto que sus exportaciones no petroleras alcanzaron los 6..772 millones de dólares, lo que equivale apenas al 10% de sus exportaciones totales (¡y a menos del 9% de las correspondientes a los Emiratos!).
Estas cifras nos dicen que la economía de los Emiratos se ha diversificado y ya no depende exclusivamente del petróleo. Obviamente, éste no es el caso de la economía venezolana.
Pero veamos cómo se comparan Venezuela (V) y los EAU en los siguientes indicadores económicos y socioeconómicos, válidos al 01/01/2008 (*):
Producción de Petróleo, MM b/d: EAU: 2,54, V: 2,8; PIB per cápita, US$: EAU: 55.200, V: 12.800; Exportaciones, MMM US$: EAU: 152,1, V: 65,94; Importaciones, MMM US$: EAU: 94,72, V: 44,38; Reservas Internacionales, MMM US$: EAU: 29,62, V: 31,63; Deuda Pública, % del PIB: EAU: 14,8, V: 27,0; Deuda Externa, MMM US$: EAU: 41,51; V: 45,44; Tasa de Inflación, %: EAU: 12,0; V: 22,5; Tasa de Desempleo, %: EAU: 2,4; V: 9,1; Población bajo nivel de pobreza, %: EAU: 19,5; V: 37,9; Tasa de Alfabetización, %: EAU: 81,7; V: 92,7; Tasa de Mortalidad Infantil, %: EAU: 13,11; V: 22,02
Se desprende de estas estadísticas que nuestro país supera a los Emiratos en Tasa de Alfabetización, Producción de Petróleo y Reservas Internacionales. Sin embargo, en todos los demás indicadores Venezuela es abrumadoramente superada por el país árabe.
Como dato curioso, obsérvese que las importaciones de los EAU en el 2007 estuvieron más de 50.000 millones de dólares por encima de las de Venezuela. Este dato echa por tierra el argumento esgrimido por los devaluacionistas de que hay que devaluar porque estamos importando demasiado. No es que estemos importando mucho. Es que estamos exportando muy poco, si nos comparamos con los Emiratos Árabes Unidos.
Adicionalmente, este pequeño país desértico alcanzó en 2006 la meta de seguridad alimentaria, lo cual significa que es capaz de producir internamente suficientes productos agrícolas y alimentos para satisfacer todas sus necesidades alimentarias (*).
Otro dato interesante es que en los Emiratos Árabes Unidos no hay impuestos sobre los ingresos ni se paga IVA (*). Por otra parte, las ciudades de este país brindan los más altos niveles de seguridad ciudadana de todo el Oriente Medio y África (*).
A la luz de todas estas realidades podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la calidad de vida de la que disfrutan los ciudadanos de los EAU es muy superior a la de los venezolanos. Al parecer en ese país se ha logrado lo que todavía tenemos pendiente en el nuestro: Sembrar el petróleo..
Quizás un factor que ha contribuido de manera significativa a la prosperidad de los EAU es la extraordinaria estabilidad de su moneda, el Dírham. En efecto, mientras en los últimos 10 años en Venezuela la tasa de cambio oficial se disparó en un 255%, en los Emiratos Árabes Unidos apenas ha variado el 0,024%! (*) Esto ha sido consecuencia directa de la política de estabilidad monetaria aplicada por el Banco Central de ese país. Lamentamos no poder afirmar lo mismo sobre nuestro BCV.
Epílogo
En 5 años es muy posible que el petróleo ya no tenga la misma relevancia al entrar en el escenario combustibles alternos, como el carbón líquido (*). Muy pronto el mundo será impactado por una verdadera revolución mundial: la irrupción de un nuevo combustible, absolutamente barato y no contaminante. Será un descubrimiento proveniente de un país del Tercer Mundo, y que podría significar su redención económica definitiva. El petróleo seguirá siendo importante, para la industria petroquímica, pero no para ser utilizado como combustible para el transporte ni para la generación de energía eléctrica. Las refinerías de gasolina y fuel oil, por tanto, tenderán a desaparecer, al igual que el rol actual de PDVSA. Eso significará lamentablemente el desplome definitivo del precio del petróleo. Aprovechemos entonces la bonanza de petrodólares que todavía vive el país para iniciar cuanto antes la siembra del petróleo. Para ello es indispensable dar el primer paso: La revaluación del bolívar.
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