Ronald Guedez
V&L
[elmundo.es]
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24 de octubre de 2008.- AVC Advantage es el nombre de una máquina de votación electrónica construida por Sequoia Voting Systems. Se ha usado en estados de EEUU como Nueva Jersey, Pensilvania o Luisiana. Al menos el primero tiene previsto repetir en las elecciones del 4 de noviembre. Para modificarla y robar votos sólo hacen falta siete minutos.
Lo ha descubierto un equipo de investigadores de las universidades de Princeton y Lehigh por encargo de la Corte Superior de Justicia de Nueva Jersey, donde desde 2004 hay en marcha una demanda contra el estado por presuntas irregularidades en este tipo de votaciones debido a que no se genera un registro que permita probar que los votos emitidos en estas máquinas son correctos.
Para resumir: es posible realizar el 'hackeo' en una elección real, cuando hay una cantidad de votos suficiente para permitir un trasvase de sufragios de uno a otro candidato sin que se note. Gracias a un programa elaborado para ello, no deja rastro. No se trata de un error en la forma de uso del sistema, sino de un fallo crítico.
Para hacerlo, sólo hace falta sustituir un chip ROM -una pequeña pieza en las tripas del cacharro- por otro pirateado que cambia la programación -'firmware'-. Éste es el 'hackeo' más completo y complejo: se tarda siete minutos en hacerlo -con calma- y hay que abrir la parte trasera del equipo para acceder a su interior. Obviamente, no puede llevarse a cabo la jornada electoral, habría que prepararlo con antelación.
Hay otros: se puede propagar un virus en los discos que registran las votaciones en audio -para ciegos-; errores en el sistema que podrían permitir cometer fraude; demasiada facilidad para manipular los discos que contienen los datos; fallos de programación... con el agravante de que hay varias versiones de la máquina, de modo que arreglar una de ellas no solucionaría nada.
Andrew W. Appel, responsable del equipo que ha investigado las máquinas. (Foto: Andrew W. Appel)
¿Solución? En primer lugar, los científicos que han realizado el estudio recomiendan la retirada de los equipos. Segundo, cambiarlos por otros que permitan el escaneo óptico de los votos y un recuento precintado (precinct-count optical-scan voting) que permita una auditoría manual si fuese necesario.
Probablemente no se adoptará ninguna de las dos soluciones. Los investigadores recomiendan confiar en la buena fe y en que nadie tenga la tentación de modificar estos equipos -tendrían que acceder a su código, que está protegido-. Pero recuerdan que las cortinas en las mesas de votación se inventaron para algo y que con estas máquinas el voto puede ser funcional y bonito, pero no secreto.
Dichosas máquinas. Al menos todavía no trituran a los ciudadanos.
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