Andrés Silva
(Especial para V&L)
Aunque el chavismo obtuvo numéricamente un importante número de cargos, 453 de un total de 603, un 76 por ciento del total, Chávez no puede cantar la Victoria en las elecciones regionales, indicaron analistas.
Desde hace una semana el chavismo controla 17 gobernaciones, 263 alcaldías y 178 curules en los consejos legislativos de los estados (49 de estos adjudicados en detrimento de los grupos políticos minoritarios); no obstante perdió espacios simbólicos vitales como los estados Carabobo, Miranda, Táchira, el Distrito Metropolitano de Caracas y el municipio Sucre, además de fracasar en su intento de reconquistar los estados Nueva Esparta y Zulia. La única mancha en estos triunfos se asocia con la pérdida de los consejos legislativos en Carabobo y Táchira.
En total, los candidatos avalados por el presidente de la República recibieron el apoyo de -aproximadamente- 5,4 millones de personas; mientras los postulados por la oposición fueron respaldados por 4,4 millones de electores. En esta medición de fuerzas los grandes perjudicados fueron los disidentes del chavismo que apenas lograron el apoyo de 400 mil personas.
Durante la relegitimación de poderes del año 2000, el MVR conquistó 80 alcaldías, hace cuatro años la cifra se incrementó hasta 163 jurisdicciones y desde el 23 de noviembre -en la primera elección regional del PSUV- la cifra se ubica en 263 gobiernos locales.
Por otra parte, el modelo de país que representan los candidatos de la oposición, a pesar de conquistar las jurisdicciones que sirven de asentamientos a las capitales de los estados Bolívar, Cojedes, Guárico, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia, perdió espacios municipales. En el año 2004 los candidatos del antichavismo lograron ganar 85 ayuntamientos, cifra que se redujo a 57 municipios hace una semana.
Hace cuatro años, el partido Podemos no sólo fue la tarjeta morocha del MVR para quitarle más de 20 curules en los consejos legislativos a los partidos de oposición, sino que se convirtió en el segundo partido más importante del país después de ganar 52 alcaldías y dos gobernaciones. Al día de hoy es el principal perdedor de las elecciones regionales, cuyo balance deja a la organización conducida por Ismael García con sólo dos alcaldías (Roscio en Guárico y Heres en Bolívar)
A pesar de los números, el balance político de las elecciones del 23 de noviembre es negativo para el presidente de la República; en esto concuerdan el director de Datanálisis, Luis Vicente León, y el politólogo Herbert Koenecke..
Para León es obvio que el Presidente “ganó numéricamente”, no obstante resalta que Chávez “no tiene nada que celebrar”.
“Los elementos estratégicos de esta elección iban mucho mas allá de ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, cosa que por cierto era perfectamente predecible -explica el director de Datanálisis- la simbología es no solo importante sino fundamental. Chávez sabe que no importa ganar si los demás no sienten que él lo controla todo, que es invencible. El Presidente necesitaba ganar el 23 de noviembre para lavar su cara frente a la derrota del referendo y no lo consiguió”.
Que el Presidente tuviese que convocar una rueda de prensa con corresponsales de prensa extranjeros -transmitida ademas en cadena nacional- para explicar por qué ganó el 23 de noviembre explica, a juicio de León, los problemas de Chávez.
“Los triunfos no se explican, los triunfos se celebran (...) Chávez controla poco más que la mitad del país y así no le será fácil pasar la enmienda constitucional, especialmente porque en las encuestas en donde Chávez aparece con 57% de popularidad se encuentra que apenas 25% está de acuerdo con la reelección”.
Por su parte, Koenecke rechaza la supuesta victoria popular del Presidente. “Esa idea de que el chavismo arrasó en las zonas populares no tiene sustentación (...) Los sectores AB, incluso el C representan demográficamente a 21% de la población y los sectores D y E 79%, y Chávez sólo obtuvo 51,6% de los votos”.
Koenecke sostiene que a pesar de los resultados el presidente de la República insistirá a la brevedad posible en presentar una enmienda constitucional que le permita reelegirse en el año 2012. Desde su perspectiva, el simbolismo del triunfo opositor demuestra que la aspiración presidencial difícilmente tendrá apoyo electoral.
(Especial para V&L)
Aunque el chavismo obtuvo numéricamente un importante número de cargos, 453 de un total de 603, un 76 por ciento del total, Chávez no puede cantar la Victoria en las elecciones regionales, indicaron analistas.
Desde hace una semana el chavismo controla 17 gobernaciones, 263 alcaldías y 178 curules en los consejos legislativos de los estados (49 de estos adjudicados en detrimento de los grupos políticos minoritarios); no obstante perdió espacios simbólicos vitales como los estados Carabobo, Miranda, Táchira, el Distrito Metropolitano de Caracas y el municipio Sucre, además de fracasar en su intento de reconquistar los estados Nueva Esparta y Zulia. La única mancha en estos triunfos se asocia con la pérdida de los consejos legislativos en Carabobo y Táchira.
En total, los candidatos avalados por el presidente de la República recibieron el apoyo de -aproximadamente- 5,4 millones de personas; mientras los postulados por la oposición fueron respaldados por 4,4 millones de electores. En esta medición de fuerzas los grandes perjudicados fueron los disidentes del chavismo que apenas lograron el apoyo de 400 mil personas.
Durante la relegitimación de poderes del año 2000, el MVR conquistó 80 alcaldías, hace cuatro años la cifra se incrementó hasta 163 jurisdicciones y desde el 23 de noviembre -en la primera elección regional del PSUV- la cifra se ubica en 263 gobiernos locales.
Por otra parte, el modelo de país que representan los candidatos de la oposición, a pesar de conquistar las jurisdicciones que sirven de asentamientos a las capitales de los estados Bolívar, Cojedes, Guárico, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia, perdió espacios municipales. En el año 2004 los candidatos del antichavismo lograron ganar 85 ayuntamientos, cifra que se redujo a 57 municipios hace una semana.
Hace cuatro años, el partido Podemos no sólo fue la tarjeta morocha del MVR para quitarle más de 20 curules en los consejos legislativos a los partidos de oposición, sino que se convirtió en el segundo partido más importante del país después de ganar 52 alcaldías y dos gobernaciones. Al día de hoy es el principal perdedor de las elecciones regionales, cuyo balance deja a la organización conducida por Ismael García con sólo dos alcaldías (Roscio en Guárico y Heres en Bolívar)
A pesar de los números, el balance político de las elecciones del 23 de noviembre es negativo para el presidente de la República; en esto concuerdan el director de Datanálisis, Luis Vicente León, y el politólogo Herbert Koenecke..
Para León es obvio que el Presidente “ganó numéricamente”, no obstante resalta que Chávez “no tiene nada que celebrar”.
“Los elementos estratégicos de esta elección iban mucho mas allá de ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, cosa que por cierto era perfectamente predecible -explica el director de Datanálisis- la simbología es no solo importante sino fundamental. Chávez sabe que no importa ganar si los demás no sienten que él lo controla todo, que es invencible. El Presidente necesitaba ganar el 23 de noviembre para lavar su cara frente a la derrota del referendo y no lo consiguió”.
Que el Presidente tuviese que convocar una rueda de prensa con corresponsales de prensa extranjeros -transmitida ademas en cadena nacional- para explicar por qué ganó el 23 de noviembre explica, a juicio de León, los problemas de Chávez.
“Los triunfos no se explican, los triunfos se celebran (...) Chávez controla poco más que la mitad del país y así no le será fácil pasar la enmienda constitucional, especialmente porque en las encuestas en donde Chávez aparece con 57% de popularidad se encuentra que apenas 25% está de acuerdo con la reelección”.
Por su parte, Koenecke rechaza la supuesta victoria popular del Presidente. “Esa idea de que el chavismo arrasó en las zonas populares no tiene sustentación (...) Los sectores AB, incluso el C representan demográficamente a 21% de la población y los sectores D y E 79%, y Chávez sólo obtuvo 51,6% de los votos”.
Koenecke sostiene que a pesar de los resultados el presidente de la República insistirá a la brevedad posible en presentar una enmienda constitucional que le permita reelegirse en el año 2012. Desde su perspectiva, el simbolismo del triunfo opositor demuestra que la aspiración presidencial difícilmente tendrá apoyo electoral.
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