Carlos Pérez
(V&L)
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En lo que ha sido el caso noticioso más impactante de los últimos días, el caso de la valija con los $800.000 que el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson intentó introducir ilegalmente en Argentina a mediados de este año, amenaza con convertirse en la peor pesadilla vivida por el gobierno venezolano, luego de la derrota sufrida en las urnas durante el referendum consultivo del pasado 2 de diciembre.
Al menos tres oficinas de alto nivel del gobierno chavista fueron citados por el fiscal Thomas Mulhivill el miércoles en Miami, como integrantes de una conspiración para ocultar el origen y el destino del dinero incautado en Buenos Aires a Antonini: la Vicepresidencia de Venezuela, el ministerio del Interior y Justicia y la Disip.
Según las investigaciones, un enviado del gobierno venezolano, Antonio José Cánchica, trató de convencer a Antonini de dejar fuera de las acusaciones a Venezuela, en previsión de un juicio en el que Antonini podría involucrar la administración chavista.
Todas las nuevas revelaciones fueron obtenidas gracias a la cooperación de Antonini con las autoridades federales norteamericanas, principalmente gracias a un micrófono que el maletinero llevó consigo en varios encuentros con los empresarios venezolanos Franklin Durán y Carlos Kauffman (que ayer miércoles aparecieron en la corte federal vestidos con el típico traje anaranjado de los presidiarios, a pesar de sus multimillonarias fortunas).
Pero lo peor pudiera estar por venir. Si Durán y Kauffman logran llegar a un acuerdo con los federales, para evitar la prisión por una década si son encontrados culpables (ya el juez les negó la libertad bajo fianza bajo la sospecha de que ambos pudieran volar del país en el avión privado de Durán como lo hizo el famoso Eudomario Carruyo, hijo del vicepresidente financiero de Pdvsa), una nueva catarata de revelaciones podrían inculpar no sólo a altos funcionarios del gobierno chavista, sino a funcionarios de la petrolera estatal venezolana.
Si los acusados llegaran a complicar al vicepresidente Jorge Rodríguez como parte de la conspiración para falsificar documentos y encubrir el origen y el destino de los famosos $800,000, Rodríguez podría convertirse en un paria internacional, solicitado por una corte de Estados Unidos, y su nombre podría aparecer en la lista de los buscados en el FBI y la Interpol. Muy preocupante para los oficiales venezolanos.
Las revelaciones sobre el caso Antonini se producen en un momento muy lamentable para el gobierno de Hugo Chávez. Es una mala noticia más que se añade a una serie de errores diplomáticos y mala suerte política que está sufriendo el mandatario desde la cumbre de países latinoamericanos en Chile.
La lista crece cada día: primero fue el regaño del Rey de España, luego el enfrentamiento con el presidente Colombiano Alvaro Uribe, otro regaño por parte de Michelle Bachelet. Una amenaza de denuncia ante la OEA por violación de soberanía por parte de Guyana. Un intento de apedreo de un avión de la Fuerza Aérea Venezolana en Bolivia. Luego la sonora derrota del SI en el referendum consultivo del 2D. Ahora, nuevas denuncias de que militares venezolanos estarían actuando como mercenarios junto a militares cubanos en Bolivia.
Todo esto sin contar con el caldeado ambiente que se vive en Venezuela, con las protestas de comunidades en todo el país, las denuncias sobre la ineficacia de Cadivi, y la amenaza de que el año entrante será el peor en los 9 años del chavismo. Y todo con un barril de petróleo aproximándose a los $100.
?Qué vendrá a continuación?
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