7 de febrero de 2008

Medios oficiales venezolanos sólo transmiten información ideologizada



Carolina Sanz
(V&L)


El apoderamiento de medios del Estado por parte del Gobierno para difundir un mensaje a favor del proyecto político hegemónico, la reducción del pluralismo de ideas y diversas restricciones a la libertad de expresión son algunas de las características que en materia de estrategia comunicacional ha emprendido el Ejecutivo nacional durante los primeros nueve años de gobierno de Hugo Chávez, según los expertos en temas de comunicación.
Uno de los hechos más resaltante en materia de medios de comunicación durante la gestión de Hugo Chávez es el cese de transmisiones por señal abierta de RCTV. Aunado a la llamada "no renovación de la concesión" del canal privado más antiguo de Venezuela, el Gobierno ha impulsado la creación de canales públicos como Vive TV (2003) Telesur (2005), Asamblea Nacional Televisión ANTV (2005), de Ávila TV (2006) que depende de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, y la Televisora Venezolana Social TVes (2007), que se transmite en la señal que durante 53 años utilizó Radio Caracas Televisión.
El director del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), Gustavo Hernández, considera que "el poder de emisión que tiene el Estado está muy por encima del poder de los medios privados, porque el Estado posee una mayor cantidad de medios de comunicación. Estamos en una situación de desequilibrio en la que domina el sector gubernamental".
A juicio de Hernández, "a los medios de comunicación del Estado actualmente se les debería llamar medios gubernamentales de propaganda porque están en consonancia con la línea y directrices del Gobierno. En estos nueve años, los medios de comunicación del Estado se convirtieron en medios informativos de carácter gubernamental e ideológico, usados por el Gobierno para propagar su propaganda política y adoctrinar a favor de un supuesto socialismo del siglo XXI".
El director del Ininco asegura que "canales como Venezolana de Televisión, Vive TV, la televisora de la Asamblea Nacional, Ávila TV y TVes no promueven los valores democráticos de inclusión, participación, confrontación de ideas y pluralismo. Además, los pocos canales privados han ido eliminando sus programas de opinión y han modificado los programas informativos, intimidados por la presión que ejerce el Gobierno".
Por su parte, el profesor universitario, investigador del Ininco y cineasta, Oscar Lucien, opina que en los nueve años de gobierno se ha presentado un cambio radical en los medios de comunicación. "Pero el cambio no ha sido en beneficio de una democratización de los medios ni para ponerlos al servicio de todas las personas. Por el contrario, el Gobierno se ha apropiado de los medios del Estado para que trabajen en función de un proyecto político hegemónico".
Según Lucien, "cuando tú enciendes cualquiera de los canales del Estado, ves el mismo mensaje en todos: propaganda política y adoctrinamiento. A sus programas de opinión solamente invitan a los que piensan como ellos, negando de antemano la pluralidad de ideas. Incluso ha desaparecido una cantidad importante de programas de opinión en los canales privados. Marta Colomina, César Miguel Rondón y Napoleón Bravo son ejemplo de ello. Puedes estar o no de acuerdo con ellos, pero que sus voces ya no se escuchen es un reflejo de la falta de pluralidad".
Oscar Lucien explica que existe un cerco a la libertad de expresión "por la vía legal con la Ley Resorte, por la vía jurídica con las providencias de Conatel, por la vía impositiva con los impuestos del Seniat, y hasta a través de la agresión física directa a sedes de medios de comunicación y periodistas, agresiones que afortunadamente han bajado. Todos estos factores crean un marco de censura y autocensura".
La profesora y ex directora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), Elizabeth Safar, coincide con Gustavo Hernández y Oscar Lucien en que el Gobierno se ha apoderado de los medios de comunicación estatales, lo cual se refleja "en la instauración de una nueva racionalidad que afecta la estructura y función del Estado, en la imposición de una intervención estatal en los contenidos de la comunicación y la cultura, en el establecimiento de la censura y la autocensura, en el uso instrumental de los contenidos y mensajes con fines de propaganda política".
Las limitaciones a la libertad de expresión -indica Safar- se perciben "en la aparición de múltiples instrumentos normativos, leyes, reglamentos, providencias administrativas y normas internas de las instituciones concernidas, que han blindado la intencionalidad política del Gobierno a través de un tejido legal del que difícilmente pueden escapar los ciudadanos y las instituciones como los medios de información independientes".
La profesora Elizabeth Safar afirma que "los medios han pasado a ser medios de propaganda, herramientas para apuntalar la orientación política, económica e ideológica del dominante gobierno militar" y agrega que "todos los gobiernos autoritarios y totalitarios utilizan los medios como instrumentos de propaganda".
Si el Gobierno "no ha llegado a ahorcar totalmente a los medios de comunicación privados e independientes es porque el mismo Gobierno necesita una válvula de escape para aparentar que es democrático", sentencia Safar.

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