6 de mayo de 2008

Persiguen a alto jefe de las FARC cerca de frontera venezolana

Carlos Pérez
(V&L)


El Ejército y la policía colombianos reforzaron sus efectivos cerca del poblado petrolero de Tibú (noroeste), fronterizo con Venezuela, donde se persigue a Rodrigo Londoño ("Timochenko"), uno de los siete miembros de la cúpula de la guerrilla de las FARC, informó un general.
El director de seguridad ciudadana de la Policía, general Orlando Páez, dijo a la prensa que grupos de inteligencia y unidades de carabineros fueron trasladadas a la región para reforzar los operativos que desde hace varias semanas realiza el Ejército.
Unos 500 militares, apoyados por aviones, realizan patrullajes en la zona selvática del Catatumbo, que comparten Colombia y Venezuela en búsqueda del campamento de "Timochenko", según fuentes militares citadas por el diario El Tiempo.
Los patrullajes se incrementaron después de que la semana pasada una patrulla militar cayera en un campo minado en la zona y cinco de sus integrantes murieran. Luego las FARC dinamitaron un puente y un oleoducto que pasan por la región, según la versión de prensa, para proteger su huida.
El general Paulino Coronado, comandante de la brigada 30 del Ejército, dijo al periódico que en las operaciones realizadas hasta ahora contra la guerrilla se rescataron a 6 secuestrados.
Según informes del servicio de inteligencia colombiano divulgados a finales del año pasado, Londoño ha ubicado su campamento en la zona del Catatumbo.
Médico de profesión, "Timochenko" es uno de los más antiguos integrantes del secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la cúpula de siete miembros que coordina las acciones de la más antigua y poderosa de las guerrillas que operan en el país andino.
Los militares colombianos realizan desde febrero una ofensiva contra los integrantes del secretariado de las FARC, en el marco de la cual han muerto dos de ellos.
El 1 de marzo, Raúl Reyes, número dos de esa guerrilla murió en un ataque de tropas colombianas al campamento que había establecido en el norte de Ecuador, cerca de la frontera entre los dos países.
Una semana más tarde otro integrante del secretariado, Iván Ríos, fue asesinado por uno de sus lugartenientes, quien se presentó a una instalación militar a reclamar la recompensa ofrecida por el gobierno, llevando la mano de su jefe como prueba.

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