El más reciente editorial del diario El Tiempo de Bogotá, bajo el título “El próximo gol de Chávez”, cuestiona los afanes reeleccionistas del presidente venezolano.
Cuando culmine la Copa América de fútbol, cuya final será mañana en Maracaibo, el presidente Hugo Chávez anunciará su próximo gol político: una reforma constitucional que permitirá la reelección indefinida del Presidente de la República y algunas normas adicionales que atornillarán aún más las figuras de Chávez y el chavismo al poder ejecutivo.
Desde hace meses una comisión nombrada por el Gobierno viene trabajando en la reforma, y ya se ha mencionado la posibilidad de incluir la reelección perpetua entre las nuevas reglas, que pronto pasarán a consideración de la Asamblea Nacional. El tema permaneció asordinado en los últimos meses, pero volvió a surgir el jueves, cuando la presidenta de la Asamblea, Cilia Flores, anunció que el proyecto está cocinado y listo para servir a la mesa de las mayorías chavistas en el Congreso. Como suele ocurrir en estos casos, Flores matizó que no se consagrará la "reelección indefinida" sino la "reelección continua", lo cual es una gambeta semántica para maquillar la pertinaz perspectiva de tener a Chávez en calidad de presidente sempiterno.
Es verdad que ello solo podrá conseguirse mientras el mandatario venezolano cuente con apoyo en las urnas, que lo llevaron al poder y mantienen su amplio respaldo. "Si el pueblo se siente satisfecho con la gestión del Presidente, no le podemos quitar la oportunidad de reelegirlo", reflexiona Flores. Y Chávez ha dicho que "esta no es una dictadura, pues aquí habrá elecciones permanentemente". Lo que ocurre es que no basta con tener elecciones para tener democracia. Es preciso, además, apuntalar la división de poderes, defender ciertos derechos primordiales -entre ellos la libertad de expresión- y respetar los mecanismos de fiscalización política e institucional. Casi todos estos pilares que acompañan a las elecciones en una democracia han sido atropellados o corren peligro en Venezuela. El cierre de RCTV fue el último clavo en el cerco contra la libertad de prensa. Según la concepción 'bolivariana' de Chávez, los medios de comunicación han de "contribuir con el Estado". Sin las garantías mínimas, las reelecciones continuas reflejarán la popularidad del ex militar -bien ganada en algunos aspectos sociales-, pero también una democracia cada día con menos contenido.
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